Si hay una palabra que identifique al pueblo de Villanova, esa es acogedor.
En un enclave privilegiado, arropado en la ladera de la montaña por el bosque pirenaico, encontramos un pueblo incomparable.
Sus alrededores invitan a pasear, disfrutar, sentir, evadirse de todo aquello que nos pueda hacer sentir mal, en estos tiempos en los que el ritmo del día a día nos absorbe
Sus actividades tranquilas o de aventura, según nuestro nivel de exigencia. Sus establecimientos, donde siempre te atienden con una sonrisa. Sus caminos, que reciben las visitas de paseantes, ciclistas o rutas ecuestres
Pero sobre todo,… sus gentes. El carácter del pueblo de Villanova tiene algo especial. No hay visitante que no lo diga, especialmente si han conocido a nuestros Mayores o nuestras Donisas, probablemente en la plaza (si hace bueno), siempre en disposición de dar un consejo, compartir sus experiencias o simplemente charrar.
El pueblo de Villanova es de una pasta especial. Nada más pisarlo, ya te sientes bien recibido. Y lo sé bien porque desde que, junto con mi familia, nos vinimos a vivir, así es como nos hemos sentido.
Es por ello, que no puedo hacer otra cosa que lo que hicieron con nosotros cuando llegamos: Abrir nuestros brazos y dar la bienvenida a este pueblo que estará, encantado de recibiros.
Boro Tuset Borreda
Alcalde de Villanova
